miércoles, 12 de enero de 2011

Dostoievski

Si hay algún escritor en el que obra y biografía vayan de la mano, ese es Fiódor Dostoievski. Imposible leer El jugador sin relacionarlo con su problema de ludopatía, Recuerdos de la casa de los muertos con su estancia durante cuatro años de trabajos forzados en Siberia o Los hermanos Karamazov o Crimen y castigo con la relación tormentosa con su padre. Como cuenta Vargas-Llosa, era también un hombre con sus particulares manías, como la de vivir en casas con esquina y ventanas a dos calles y cerca de alguna iglesia para poder escuchar las campanadas. Alguien tan poco dado a los halagos como Nietzsche dijo de él que era uno de los pocos psicólogos de los que se podía aprender algo y lo calificaba como uno de los accidentes más felices de su vida.

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