miércoles, 27 de octubre de 2010
Moliére
Paradojas de la vida: el pobre Moliére murió mientras representaba El enfermo imaginario, obra en la que satiriza a los hipocondríacos. En su última representación iba vestido de amarillo, lo que convirtió este color en algo gafe y provocó la superstición eterna de los actores. Eso sí, antes de morir nos dejó un puñado de personajes inolvidables, con el mítico Tartufo, símbolo de la hipocresía, a la cabeza. La nobleza y el clero lo odiaron a muerte, como era de prever, y de no haber sido por el apoyo incondicional del rey, Luis XIV, nadie habría dado un centavo por su supervivencia.
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