lunes, 20 de diciembre de 2010

Balzac II

Balzac era en extremo puntilloso, capaz de consultar con un naturista finlandés el tipo de flora que había en aquel nórdico país o de corregir un dato geográfico al mismísimo Walter Scott. Era también un trabajador sin desmayo, capaz de escribir quince horas diarias. Solo así se pueden concluir en vida más de noventa novelas e incontables relatos cortos. Este era el escenario en el que perpetraba sus obras, el marco de La Comedia Humana.

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