lunes, 22 de noviembre de 2010

Dublineses

La odisea de 15 relatos

En 1904, George Russell ofreció a James Joyce una libra esterlina por cada cuento que el escritor le enviara para publicar en su gaceta The Irish Homestead, una revista de agricultores. Así nacieron Las hermanas, Eveline y Después de la carrera, que Joyce firmó con el seudónimo de Stephen Dedalus, nombre de uno de los personajes de Ulises. Después de estos tres primeros envíos, el editor decidió que los relatos no eran los adecuados para sus lectores. Joyce siguió escribiendo el resto de los cuentos en Trieste y, tras una dura experiencia de ocho meses trabajando en un banco de Roma, ideó el último de los 15 relatos: Los muertos. De regreso a Irlanda en 1912, envió el manuscrito al editor Grant Richards, que lo aceptó, aunque exigió cambios. Los impresores, por su parte, encontraron ofensivas expresiones como: "Ella cambió repetidamente la posición de sus piernas". Joyce se negó a alterar nada aclarando que su estilo era "de una escrupulosa vulgaridad". El libro se publicó finalmente en 1914, pero su "peculiar aroma de corrupción" no fue nada rentable: sólo se vendieron 499 ejemplares el primer año. Medio siglo más tarde, Guillermo Cabrera Infante llevó a cabo una de las traducciones clásicas de esta obra al castellano. Ahora, el escritor cubano ha revisado su traducción para publicarla en esta colección.                          El País                                                     

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