martes, 2 de noviembre de 2010
Pío Baroja
Pío Baroja fue un tipo que no dejó a nadie indiferente. Aun hoy, medio siglo después de su muerte, cuenta con acérrimos seguidores y enconados detractores. Fue un hombre tan singular que logró poner de acuerdo a los dos bandos de la guerra civil: detenido pos los fascistas, estuvo a punto de ser fusilado; cuando se enteró el bando republicano, en un periódico socialista lamentaron que no lo matasen. Más allá de los juicios que merezca su controvertida persona, hay que reconecerle su insobornable individualismo y su coraje para decir lo que pensaba son ambages. Sus novelas, hoy día, nos siguen pareciendo modernas, justamente por el desaliño y la falta de corsés con que las escribía. En una sociedad que tiende a la uniformidad y el mimetismo, seres como Pío Baroja son imprescindibles. Aunque en muchos aspectos, discrepemos de sus opiniones, algunas difícilmente defendibles.
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