jueves, 4 de noviembre de 2010
Homenaje a Antonio Machado
Pocas historias tan tristes (y tan injustas) como la de Antonio Machado. Educado en los principios de la añorada Institución Libre de Enseñanza, ejerció como profesor de francés en varias ciudades españolas (Soria, Baeza, Segovia, Madrid) y participó activamente en la política española durante la II República. Hombre tímido y cordial, tuvo el don de la clarividencia, y supo plasmar como pocos la faz poliédrica y oculta de la existencia. En sus poemas, con tono sencillo y emotivo, nos habla de la rutina, del paso del tiempo, del amor fugitivo, del amigo ausente, de lo efímero y cotidiano, de encinares y cazadores, y de tardes pardas y frías de invierno y colegiales aplicados cantando la lección: mil veces Caín, un millón. Cuando murió, encontraron en un bolsillo de su gabán unos versos: Estos días azules y este sol de invierno. Su epitafio.
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