Todas las opiniones han de ser respetadas, desde una agradable crítica a favor y defensa de un tema o persona, hasta la más doliente, cruel, despiadada y con satíricas e irónicas intenciones. No me considero una forofa del fútbol, ni ahora, ni cuando pase más tiempo. Solo entiendo lo básico: ver a once tíos de un equipo y once del equipo contrario corriendo como posesos detrás de un balón redondo de plástico, o a veces incluso simplemente paseándose detrás de él. También sé que cuando esa pelotita redonda se mete dentro de la portería del equipo contrario es un gol, y que si un jugador de tu propio equipo se pasa de listo en la defensa y no deja al portero realizar su trabajo meta esa cosa redonda en la portería, marcando un gol en propia puerta del cual se beneficia el equipo enemigo. Pero no sé ni cuándo es una falta grave o leve, ni cuando se pita penalti, ni cuando se saca de córner o de banda lateral…. Pero puedo tener la ventaja de hacer una crítica ya que tengo la suerte de conocer un auténtico seguidor del buen fútbol, no es ni un periodista, ni un crítico, ni nada por el estilo, simplemente es un hombre que tiene como hobby sentarse en el sofá del salón a las 8 de la tarde cuando ha terminado su jornada laboral para ver los partidos de liga, osease mi padre. Como toda persona tiene su equipo favorito, da la casualidad de que es del Real Madrid, y desde que es un crío y que ha visto jugar al Madrid desde que jugaba Di Stéfano, pasando por Zidanne, Ronaldo, Figo, Raúl, hasta llegar a Di María, Cristiano Ronaldo o Benzema y como consecuencia a todos los entrenadores de dichos jugadores. Bien, ¿de qué sirve criticar a los entrenadores, si realmente los que son importantes son los jugadores? Vale que el entrenador les ponga una estrategia de juego, les diga cómo atacar y cómo defender ante el equipo contrario, pero un entrenador no sale a jugar al terreno de juego, realmente quienes corren o no corren, quienes marcan un gol o no, quienes tienen puntería quienes paran los goles o no, quienes sacan la pelota a tiempo de la portería… son esos once tíos que van detrás de la pelota. Por culpa de estos, a veces, mi padre o “aplaude” en el sofá por el buen juego o grita como un energúmeno diciendo: son unos mantas y unos perros, les tendrían que quitar el dineral que ganan.
Noelia Cámara
Muy buen artículo !
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